
Encuentro con el caecus, el ciego
- grupodeperformance
- 9 may 2022
- 2 Min. de lectura
El caecus o el ciego por Jorge Flores Templo Mi relación con la ceguera solamente se ha dado con respecto a haber sido diagnosticado con miopía desde los 12 años de edad, en los cuales comencé a usar lentes de contacto. Con las mascaras ha sido una relación que va desde hace 3 o 4 años cuando conocí la técnica francesa de máscaras y teatro de Jacques Lecoq con sus máscaras larvarias, de carácter y su famosísima Máscara neutra, utilizada como instrumento de la corporalidad del actor/actriz en la actuación. Posteriormente exploré con unas máscaras de cuero de vaca, realizadas por un artesano de la ciudad de León Guanajuato, las cuales han tenido distintas salidas artísticas principalmente en la performance. Recientemente en la visita al espacio "Casa Matriz" de mi amiga y colega Dulce Trejo ( Dulce Mex )me invitó a accionar con una máscara recién fabricada en cerámica bruñida por el artista Gibrán Acosta, quien la nombró 'el ciego' y posteriormente en la colaboración con Dulce Trejo, la llamarían caecus (ciego en latín) Un poema acompaña la fabricación de esta máscara: hice esta máscara para volverme ciego... La acción elegida por mí en la performance realizada por Dulce Trejo y yo, fue la de servir el vino de la exposición a sus invitados e invitadas, lo cual me llevó a un lugar como de rol de servidumbre o "servicio" donde generalmente la gente que realiza esos trabajos arduos es invisibilizada y pasan de ser personas individuales a meros agentes de servicio o caprichos por parte de los comensales o cualesquiera que sea el caso específico de relación de servicio. La máscara es una especie de vórtex o vórtice, de color negra, con dos ligeras marcas de ojos en forma de circulos pequeños a la altura de los ojos, pero prácticamente es una máscara ciega, que no deja pasa nada de luz y donde se camina a oscuras, apenas y hay paso de aire para respirar y mi sensación fue la de estar casi o totalmente isolado. Aunado a la extrañeza de la función, sentí un rechazo por parte de la gente que había asistido al entrar en contacto con una máscara sin rostro y que es potenciada por un color negro que podría parecer de plástico o chapopote. Una especie de sensación de no ser parte y de no pertenecer, de deambular en soledad en medio de una fiesta entendiendo la fiesta como conexión , comunión con les otres, yo era por esos momentos (y también después de la performance) el que estaba pero no estaba, el sin rostro, sin identidad, un tezcatlipoca olvidado en una exposición autogestiva que curiosamente había sido titulada PIRA en honor a la quema de algunas de las piezas de cerámica ahí mostradas, entre ellas el caecus o el ciego. Qué es sino una quema cuando como performers nos inmolamos tratando de realizar acciones significativas para nosotres que reverberen en el/los espacio(s), en nosotres y en les otres.
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